Salvador Dalí

Salvador Dalí, uno de los titanes de la pintura contemporánea, fue el surrealista por excelencia, pero también destacó como performer, diseñador y visionario. Esta publicación presenta su obra con un tamaño y un nivel de detalle sin precedentes, acompañada de una cronología que sigue su trayectoria de ida y vuelta desde Cataluña a Hollywood pasando por París, ilustrada con fotos, bocetos y páginas de revistas.

Se ha convertido en sinónimo de surrealismo. Sus relojes blandos, jirafas en llamas y teléfonos-langosta parecen hablar el lenguaje natural de los sueños. Pero su obra esconde muchas otras sorpresas. A Dalí lo impulsaba su deseo de interactuar con el mundo, ya fuera en su exploración del paisaje catalán o en su reacción al impacto de la bomba atómica con pinturas cuyos elementos flotan uno junto al otro como las partículas de los átomos. Desarrolló su propio “método paranoico-crítico”, exploró ilusiones ópticas, imágenes dobles y pinturas estereoscópicas, inventó el “objeto surrealista que funciona simbólicamente”, creó magníficos telones de fondo para sus propios ballets y se representó como un genio con bigote en colaboraciones fotográficas. En sus últimos años, Dalí, que “pintaba como un ángel”, como siempre admitieron los críticos, se inspiró en el arte clásico. En ese periodo, actualizó y subvirtió la imaginería renacentista, creando grandes visiones celestiales o rindiendo homenajes más íntimos a Miguel Ángel y Velázquez.